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Aldea Moret propaga la indignación

by en junio 10, 2013

foto: ARMANDO MÉNDEZ hoy.es

La barriada crea una plataforma que pretende, a través de acciones públicas, luchar contra el paro y la crisis y acercarse a otros barrios

10.06.13 – 00:12 – CRISTINA NÚÑEZ

LA PLATAFORMA
Quiénes son. Asociaciones de índole social y cultural de Aldea Moret. Buscan que se añadan colectivos de otras barriadas.
Acciones. Quieren dejar patente el drama del paro y de los desahucios a través de manifestaciones y actos públicos.
«Los políticos tienen que escuchar a la gente y no quedarse en sus despachos»

Antonio García Méndez tiene experiencia en viejas reivindicaciones, pero también en las actuales. En 1998 acuñó la plataforma de parados de Cáceres que durante un tiempo luchó activamente y logró que se crearan 232 empleos en el Ayuntamiento, dentro de un plan acogido a la Junta de Extremadura.

Este movimiento se disolvió, tal vez por las mejoras económicas del país, pero ahora vuelve a la carga. «Ahora no hay empleo, así que volvemos a la lucha». Está desempleado desde el año 2007 y se ha implicado en la Plataforma Indignada de Aldea Moret, que reúne a distintas asociaciones sociales y que pretende salir a la calle para pedir que mejoren las condiciones de un barrio que sigue siendo el hermano pobre de la ciudad, con las mayores tasas de paro, desahucios o inseguridad.

García quiere dejar claro que él es un mero transmisor de la opinión de mucha gente, no un portavoz al uso. La Plataforma de Parados, la Asociación de Mujeres de Aldea Moret, la Asociación Socio-Cultural, el colectivo gitano y la asociación de vecinos de 1º de mayo. Considera que esta plataforma deberá expandirse también a otras zonas de la ciudad que cuentan con pisos sociales, como Mejostilla, o hacia lugares que también registran altas tasas de paro.

«Una de las primeras cosas que estamos haciendo es recoger firmas contra los desahucios, porque realmente es un problema, me han dicho que el Aldea Moret hay 95 pisos vacíos». Cree que hay distinguir entre los desahucios de personas que han dado una patada en la puerta y se han adueñado de algo que no era suyo y los que afectan a personas que no pueden hacer frente a sus pagos.

El paro es la gran lacra social de la barriada. De los cerca de 12.000 desempleados que hay en la ciudad, una buena parte residen el Aldea Moret, un barrio en el que había muchos trabajadores en la construcción. «Te das una vuelta por la avenida y ves a personas que habían trabajado toda la vida sin nada que hacer», se lamenta. Personas todavía jóvenes que hasta el momento de la crisis habían sacado adelante su vida, «se ven en la necesidad de pedir comida, hay gente que tiene cuatro y cinco hijos y no se pueden organizar».

Considera que para la recuperación del barrio hay que mejorar la seguridad. «El cuartelillo de la Policía que hay no sirve para nada, ahora nunca hay agentes». También cree que el problema de las drogas sigue presente en esta barriada, a pesar de que el bloque C permanece cerrado.

Otro aspecto que quieren reclamar es la desaparición de algunas paradas de las líneas de autobús . Critican también el hecho de que el transporte público llegue hasta el Embarcadero pero que permanezca aislado el edificio «azul» y otros dos bloques de reciente construcción que están al final de esta barriada. «Esa gente tiene que andar al menos 500 metros hasta su parada».

¿Cuál es el fuerza de la nueva plataforma?. «Si la gente quiere y se mueve podemos reunirnos 3.000 o 4.000 personas», valora García Méndez. Todavía es pronto, pero las acciones plantean manifestaciones, protestas en el Ayuntamiento y todo lo que deje patente su lucha contra los elementos para que mejore la realidad. ¿Existe la posibilidad de montar un campamento ‘Dignidad’? Está por ver, afirma García. No es contrario a los escraches. «Si vemos un Madrid-Barça y el futbolista, que gana una pasta, lo hace mal, le ponemos a parir y si lo hacen bien le aplaudimos, y eso no significa ser un terrorista, los escraches están para eso, para protestar, la violencia no la acepto, pero el movimiento social sí».

Esperanzas

Desconfían de la mayor parte de los partidos políticos. «Nosotros necesitamos ayuda de ellos, pero no nos queremos meter en política, ellos se tienen que implicar en un barrio que tiene un grave problema». «Tienen que escuchar a la gente y no quedarse atrincherados en sus despachos, acercarse a los problemas», agrega este activista.

Cree que el nivel cultural de la población ha mejorado mucho, y que ese hecho hace que se reivindiquen las cosas con más fuerza. Por eso, subraya que la democracia hay que practicarla no sólo cada cuatro años en las urnas.

A punto de cumplir los 60 años, Antonio García Méndez han mermado muchos sus esperanzas de encontrar un empleo, y sobrevive gracias a la ayuda mínima de 426 euros. «Vas al Sexpe y claramente te dicen que es muy difícil que haya un trabajo para ti», señala.

Durante muchos años trabajó montando ferias en distintos puntos de España y Europa, pero en los últimos años se subió al carro de la construcción, que se ha caído como un castillo de naipes. Ahora focaliza todas sus fuerzas en esta plataforma, de la que espera grandes frutos.

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